viernes, 7 de septiembre de 2012

Mientras dormía

Por Paz Stagnaro


Son tiempos difíciles… de adaptación, de incorporación, de volver  y hacerte parte de un mundo que a simple vista parece desconocido… Un mundo donde ya nada se ve igual, donde nada huele igual y donde nada suena igual que antes… Todo cambió mientras yo me sumergí en un profundo sueño, un sueño que me llevó a lugares desconocidos de paisajes nunca antes vistos y de olores y colores que nunca sentí…

Es posible que pase tanto en tan poco tiempo…? o son mis ojos traicioneros los que después de tan largo descanso ahora al abrirlos nuevamente desconocen cada rayo de luz que entra por ellos…?
Es extraño, pero interesante…alentador… volver a ser “nuevo” en el lugar que te vió crecer y volver a mirar con asombro cada esquina, cada edificio, cada rincón… volver a escuchar con atención cada ruido y como no, ese lenguaje familiar, especial e inigualable.

No reconozco caras ni formas, solo la ternura de los abrazos de quienes siempre estuvieron y siempre estarán ahí...

Todo vuelve a su ritmo. Rápidamente la gente se acostumbra a ti, a verte, a escucharte, a sentirte y todo vuelve a normalidad… Y pienso: normalidad? …Nunca!!!!  Mi normalidad pende de un hilo… mi normalidad camina sobre una cuerda floja a punto de cortarse llena de dudas y preguntas, de asombro e incertidumbre, de alegrías y recuerdos, de planes y nuevos proyectos. Mi normalidad ya no cabe en el concepto de lo  “Normal” pero me gusta, lo admito, salir a caminar y sentirme como un brócoli entre miles de coliflores y ver como el mundo siguió girando mientras yo dormía… es ahí donde vuelvo a descubrirlo todo, un ejercicio mental al que me enfrento, me obligo y me regalo cada día, por qué? ..porque me niego a quedar inmerso en la rutina que a ratos nos consume, me niego a ser una más en una fábrica donde solo lo que importa es producir en masa, pero me alegra saber que como yo hay más brócolis caminando por las calles húmedas y frías de mi linda ciudad… me alegra saber que somos varios los que luchamos por seguir manteniendo ese aire nuevo y refrescante que hemos adquirido tras un largo sueño.. un sueño que me devolvió la vista y me hiso entender que solo basta una sonrisa, un saludo, una mirada o un “buenos días” para marcar la diferencia y para alentar a aquellos que también sueñan y luchan por ella..

Todo puede volver a ser como antes; todo puede parecer y sentirse como era antes… pero a mis ojos nadie les quitará el asombro de volver a descubrir… el asombro de ser turista en mi propio lugar…donde el visitante soy yo…el mapa mi memoria y la cámara es nada menos que mi propia y auténtica visión del mundo…torcida o no? …eso ya es problema mío. (risas)