jueves, 29 de noviembre de 2012

De pequeñas grande cosas

Por Paz Stagnaro


Muchas veces debemos esforzarnos por no ser egoístas y ceder; por no llorar y apretar los ojos; por no sentir más de la cuenta y ser fuertes; por olvidar y dar un paso adelante… a mi juicio, esto último es lo más difícil, pero  a fin de cuentas, es lo que más se agradece cuando te das cuenta que era necesario… y comprendes… comprendes que el esfuerzo no solo produce grandes resultados de los cuales después te vanaglorias, muchas veces el esfuerzo que conlleva una pequeña victoria es la que más te engrandece, la que más valoras y de la que más aprendes. Pequeños grandes esfuerzos… a esos me refiero…esos que no tratan de temas muy relevantes ni de vida o muerte, pero que sin duda la repercusión de ellos te marcan de por vida.

… Estando de vacaciones, viajando y disfrutando de los rayos del sol puedo decir que mi mayor esfuerzo se reduce a que ropa me pondré hoy, es por eso que después de haberlo meditado bastante decidí darle trabajo a mis neurona en reposo y tomé una decisión: opté por “esforzarme” en olvidar al gran amor de mi vida…sí, mi fiel mascota…un chihuahua al que decidí llamar Galleta cuando en una oportunidad lo pille en pleno hurto de estas… Como olvidar esa escena!
Mi especial afecto hacia él no solo se traduce en adorar el carácter hiperquinético pero a la vez pasivo de su especie, debo admitir que este pequeño personaje lleno mis tardes de alegría y de momentos especiales... Hace 3 semanas murió, no sé bien que le pasó pero un día simplemente no despertó más…

… Mi chihuahua favorito!!! Lejos la mejor mascota que he tenido, llevo casi 3 semanas de luto por su pérdida pero hoy al regresar a casa y darme cuenta una vez más que no estaba y que no volverá me hizo pensar que es hora de dejarlo partir y descansar en paz… donde quiera que esté sé que está feliz y tengo fé que aún recuerda esas tardes cuando sin nada que hacer se acurrucaba junto a mí y yo rascaba su espaldita; fue feliz… lo sé…vi la alegría en esos ojitos redondos y negros que a ratos no dejaban de mirarme.
… Mi  chihuahua favorito!!! Compañía como la tuya jamás encontraré, pero te quise mucho y tu a mi… lo sé, como olvidar esos lengüetazos y mordisqueos caninos que después de regañarte siempre me hacían reír. De haber vivido más estoy segura que mis hijos te habrían adorado tanto como yo lo hice. Te echaré de menos todos los días hasta que te conviertas en el lindo recuerdo que siempre serás: mi amigo y compañero fiel.

Y haciendo lo posible por dejar atrás esta nostalgia me esforzaré, más que por olvidarte, por conservar solo los lindos recuerdos: los paseos nocturnos por el parque y las tardes de cosquillitas...olvidarte? nunca, pero es momento de dar un paso adelante...donde quieras que estés cuida de mí, dulces sueños mi fiel amigo!

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